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Yanina Guerrero
Eduardo Barca-Enríquez
Universidade da Coruña
Spain
Vol. Extr., núm. 11 (2015) - XIII CIG-PP, XIII Congreso Internacional G-P de Psicopedagogía. Área 11: NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES, pages 098-102
DOI: https://doi.org/10.17979/reipe.2015.0.11.639
Submitted: May 25, 2015 Accepted: Aug 19, 2015 Published: Dec 11, 2015
How to Cite

Abstract

El nacimiento de un hijo suele ser un acontecimiento colmado de satisfacción y alegría que predispone a los padres para desarrollar una crianza “suficientemente buena”, siguiendo el Modelo de Buen Trato de Jorge Barudy. Sin embargo, cuando el bebé expresa una alteración en su desarrollo que “lo aleja de la evolución esperada”, en muchas ocasiones se rompen las expectativas habituales y el proceso de vinculación afectiva puede verse modificado o mermado, como ocurre en el Síndrome de Down. Se altera, por tanto, el proceso de formación de un apego seguro, siguiendo la teoría desarrollada por Bowlby. En el presente trabajo, por un lado, queremos revisar la bibliografía más reciente sobre el apego y el Síndrome de Down, donde encontramos que diversos autores consideraban que el apego seguro era el patrón normativo de estos infantes. En esta línea, dentificamos también que numerosos profesionales señalan que no es conveniente utilizar la categoría de apego desorganizado cuando se investiga a niños con esta discapacidad. Si bien es cierto que presentan elementos de desorganización conductual y sintomatología que se podría englobar dentro de ese estilo de apego, ello es más bien resultado de su condición neuropsicofisiológica excepcional y no un resultado de una crianza inadecuada por parte de sus progenitores. Este hecho podría ser explicado por el empleo de la Situación Extraña en la evaluación de estos niños, donde encontramos que esta prueba puede ofrecer resultados poco esclarecedores y su interpretación resulta algo compleja. Por otro lado, queremos resaltar las principales claves para favorecer un apego seguro en niños con Síndrome de Down y poder permitir así un mejor desarrollo en todas las esferas evolutivas, con el objetivo de posibilitar el logro de los mayores potenciales que tenga cada uno. Este Síndrome contiene muchos elementos que dificultan la consecución de muchos objetivos evolutivos y personales. Por ello, creemos que se debe hacer un ejercicio de responsabilidad para conocer y activar todos los mecanismos posibles al alcance relacionados con el vínculo de apego, especialmente sabiendo que este se configura en la primera infancia, con las fundamentales repercusiones a nivel neurofisiológico, y en un espectro más amplio, en todas las áreas de desarrollo del niño.

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