La conducta adaptativa se refiere a la eficacia con la que una persona responde a las demandas naturales y sociales de su entorno. Incluye habilidades conceptuales, sociales y prácticas aprendidas que permiten responder a las circunstancias cotidianas, y es uno de los criterios más importantes utilizados para determinar el nivel de discapacidad de una persona. Por ello, el objetivo de este estudio fue analizar la capacidad de predecir el riesgo de TEA (Trastorno del Espectro Autista) utilizando los indicadores GARS-2 e ICAP de conducta adaptativa. El estudio contó con una muestra de 209 personas de Galicia (España). Un grupo (n=111) estaba formado por personas con diagnóstico previo de TEA (37 mujeres y 74 varones) con edades comprendidas entre los 2 y los 20 años. El segundo grupo (n=98) estaba formado por personas normotípicas (56 mujeres y 42 varones) con edades comprendidas entre 3 y 23 años. Los dos instrumentos mostraron correlaciones significativas, mientras que los análisis no paramétricos de varianza mostraron diferencias relacionadas con la edad en las dimensiones y habilidades evaluadas. Un análisis en árbol permitió clasificar correctamente el 75.1% de los casos. El 74.8% de los participantes con TEA fueron identificados correctamente por el análisis, al igual que el 75.5% de la muestra normotípica. Las variables predictivas reveladas por el análisis la Destreza Social y Comunicativa del ICAP y la Dimensión de Comunicación del GARS-2. Los resultados confirman que el comportamiento adaptativo es un buen predictor del riesgo de TEA, lo que puede contribuir a su identificación temprana.
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Cómo citar
García-García, I., & Baña-Castro, M. (2024). Predicción del riesgo de TEA a través de indicadores de conducta adaptativa. Revista de Estudios e Investigación en Psicología y Educación, 11(1). https://doi.org/10.17979/reipe.2024.11.1.10616
García-García and Baña-Castro: Predicción del riesgo de TEA a través de indicadores de conducta adaptativa
Nos referimos a la conducta adaptativa como un grupo de habilidades conceptuales,
sociales y prácticas que se aprenden y posibilitan dar respuestas adecuadas en función
de las circunstancias de cada día (; ; ; ). La conducta adaptativa representa la interacción de las variables personales, cognitivas,
sociales y situacionales de las personas. Su utilización se necesita para la realización
de todas las funciones propias del ser humano (autocuidado, rendimiento, reposo y
sueño, juego y ocio) (). Analizar el comportamiento adaptativo es importante ya que describe la manera de
funcionar en tareas cotidianas, y se evalúa en cualquier etapa de la vida. Actualmente,
este concepto es uno de los criterios que se introduce dentro de una definición inclusiva
de discapacidad ().
En función de la edad y la etapa evolutiva se desarrollarán las habilidades básicas
que conjuntamente constituyen la conducta adaptativa (). Ésta se expresa a través de dos ejes principales: grado en que la persona es capaz
de funcionar y valerse por sí misma de forma independiente, y grado en que cumple
satisfactoriamente con las demandas y responsabilidades personales y sociales impuestas
culturalmente. Además, puede modificarse lo que se traduce en una mejora en la calidad
de vida de las personas (). Para , las definiciones de conducta adaptativa existentes están constituidas por seis elementos:
a) Aprender las suficientes habilidades para así poder cumplir con las expectativas
de la sociedad; b) Manifestar formas de comportarse esperables en función de la edad
y de la cultura; c) Funcionar individualmente según sus necesidades físicas y a la
participación en la comunidad; d) Tener relaciones sociales; e) Evolución y adaptación
del comportamiento en función de la edad y de la complejidad de ésta y f) Cómo se
adapta el comportamiento de la persona en la conducta cotidiana.
Actualmente, el concepto alude al rendimiento en el manejo de las habilidades de la
vida diaria que se precisan para ser autónomos como personas y en la sociedad, y están
directamente relacionadas con la edad de la persona, el contexto social en el que
se desenvuelve, si se puede modificar o no y si se define por el rendimiento práctico
de la persona, no por la capacidad para poder hacerla sino por la motivación (; ).
En las personas con TEA encontramos problemas de conducta y conductas desadaptativas
de distinto grado de severidad que afectan a sus interacciones sociales, a las conductas
y a la comunicación desde la primera infancia de forma duradera, y que afectan al
desarrollo en su totalidad (). Se puede afirmar que este concepto resulta de interés para poder explicar muchas
conductas y acciones de las personas con TEA (), ya que conforman los indicadores críticos del progreso de un individuo ().
Algunas de las causas relacionadas con la conducta adaptativa se encuentran en aspectos
como la hiperactividad (), problemas de oposición y comportamientos desafiantes (), angustia y síntomas emocionales () además del deterioro en las tareas cotidianas. Tal y como señalan , estas alteraciones afectan sus procesos de aprendizaje, funcionamiento y rendimiento
escolar, haciéndolos menos efectivos que los menores con desarrollo neurotípico debido
a sus bajos niveles de motivación y flexibilidad, sus dificultades en la resolución
de conflictos y su baja persistencia en las tareas (). Esto repercute directamente en su desarrollo y en una convivencia plena y de calidad.
En el manual de la , las restricciones en conducta adaptativa se consideran cuando ésta se encuentra
cerca de dos desviaciones típicas por debajo de la media en uno de los tres tipos
de habilidades adaptativas: conceptuales (lenguaje, receptivo y expresivo, la lecto-escritura,
conceptos sobre el dinero, etc.), sociales (responsabilidad, autoestima, seguir normas,
etc.) y prácticas (comer, moverse, vestirse, tomar medicación, uso del teléfono, etc.)
().
Por ello actualmente la conducta adaptativa es considerada como multidimensional manteniendo
un carácter cultural sumamente pronunciado. Se considera un término evolutivo, ya
que las habilidades adaptativas de cualquier individuo deben valorarse teniendo presente
su edad. Para ello, la conducta adaptativa se analiza considerando las características,
oportunidades y expectativas a través de las cuales el entorno posibilita su adquisición.
El significado de las habilidades de adaptación, según , proporciona la base para tres ideas clave. Primero que la evaluación del comportamiento
adaptativo se basa en el rendimiento típico de la persona durante las rutinas diarias
y las circunstancias cambiantes, no en el rendimiento máximo. Segundo, que las limitaciones
de las habilidades adaptativas coexisten con los puntos fuertes en otras áreas de
habilidades adaptativas. Y, en tercer lugar, que los puntos fuertes y limitaciones
de una persona en las habilidades adaptativas deben documentarse en el contexto de
la comunidad y en los entornos culturales propios de compañeros de la misma edad que
la persona.
Las habilidades de la conducta adaptativa pueden ser útiles para facilitar la planificación
de los apoyos y el diseño de programas educativos, ya que pueden distinguir las competencias
educativas del currículo que nos facilitará la base para elaborar un Plan de Trabajo
Personalizado.
Para poder medir la conducta adaptativa, también en personas con TEA, se pueden utilizar
dos escalas estandarizadas que han mostrado su adecuada fiabilidad y validez. La primera
es el Inventario para la Planificación de Servicios y la Programación Individual,
en adelante ICAP (), y la segunda es la Escala GARS-2 (). Estas pruebas representan una ayuda diagnóstica para el cribado del TEA y se suman
a otras con fiabilidad contrastada () como, entre otras, la Lista de Verificación Modificada para el Autismo en niños
pequeños (M-CHAT), la Entrevista para el Diagnóstico del Autismo- Revisada (ADI-R),
y la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (ADOS).
A partir de aquí, se han planteado los siguientes objetivos:
1. Analizar si existen diferencias entre las personas con y sin TEA (normotípicas)
en los resultados del ICAP y el GARS-2, y comprobar el papel que en ellas puede desempeñar
la edad.
2. Determinar si existe correlación entre las dimensiones y destrezas que evalúan
el GASR-2 y el ICAP.
3. Verificar si el GARS-2 y el ICAP permiten identificar a las personas diagnosticadas
con TEA y a las normotípicas a partir de sus dimensiones y destrezas.
Método
Para la realización de este estudio se utilizó un diseño de grupos independientes
o diseño entre grupos. En este diseño, los participantes se dividen en dos grupos
diferentes y se comparan para determinar las diferencias en una o más variables de
interés. En este caso, los dos grupos están constituidos por un grupo de participantes
con TEA y un grupo de participantes normotípicos. El objetivo de estos diseños suele
ser examinar las diferencias o similitudes entre los dos grupos en términos de características,
habilidades, comportamientos, etc. De este modo es posible obtener información sobre
cómo el TEA puede influir en ciertas variables en comparación con los participantes
sin TEA ().
Participantes
La muestra del estudio está formada por dos grupos procedentes del espacio geográfico
de Galicia. Para seleccionar la muestra se establecieron los siguientes criterios
de inclusión: Personas de ambos sexos (entre 2 y 23 años), y personas con diagnóstico
de TEA, o sin ningún tipo de trastorno.
Se estableció como criterio de exclusión presentar cualquier otro tipo de trastorno
diagnosticado.
La muestra, compuesta por 209 participantes, abarca desde los 2 a los 23 años. La
media de edad se sitúa en 10.2 años. Las personas con diagnóstico acudían a la Unidad
Clínico Asistencial de la Universidade da Coruña, derivadas todas ellas del Sergas
y con diagnóstico de TEA. Allí, se aplicaron dos cuestionarios, el ICAP y GARS-2 en
una única sesión de unos 45 minutos aproximadamente. Antes se Informaba a las familias
sobre la investigación, y se les entregaba el consentimiento informado. Cada persona
con TEA está diagnosticada por un servicio de la Red de Servicios de Atención de Galicia.
La muestra normotípica, compuesta por 98 personas, fue seleccionada al azar entre
la población gallega que accedía a centros públicos de enseñanza. Se les informaba
del objeto de estudio y se solicitaba autorización para usar datos en la investigación.
La composición por edad de ambos grupos es semejante, con una media de 11.43 años
(DT = 5.28) en el grupo sin TEA y 9.11 años (DT = 4.144) en el grupo con TEA. Los datos de asimetría y curtosis permiten comprobar
que el grupo sin TEA (asimetría: 0.263; curtosis: -1.266) tiene una distribución de
edades platicúrtica y con tendencia hacia valores más altos en la cola derecha de
la distribución. En el caso del grupo TEA (asimetría: 0.749; curtosis: -0.258) se
observa una asimetría moderada, con una cola derecha más larga y concentrando valores
más bajos.
Respecto al género (Tabla 1) hay una mayor proporción en varones (55.5%) que de mujeres (44.5%). En el caso del
género por grupo de edad tiende a ser superior el porcentaje correspondiente a la
infancia y niñez en varones y, al contrario, en mujeres.
Tabla 1Distribución de participantes por diagnóstico, sexo y grupo de edad
Grupo de edad
Total
Infancia y niñez (n = 141)
Adolescencia (n =68)
n (%)
n (%)
n (%)
Sin TEA (n = 98)
Varones
27 (64.3)
15 (35.7)
42 (100)
Mujeres
30 (53.6)
26 (46.4)
56 (100)
Total
57 (100)
41 (100)
Con TEA (n = 111)
Varones
60 (81.1)
14 ( 18.9)
74 (100)
Mujeres
24 (64.9)
13 (35.1)
37 (100)
Total
84 (100)
27 (100)
Instrumentos
Los participantes debían cubrir sus datos personales y de salud en un cuestionario
diseñado al efecto.
Inventario para la Planificación de Servicios y la Programación Individual (ICAP)
Se utilizó la traducción al español del Inventory for Client and Agency Planning - ICAP (), que evalúa la conducta adaptativa a partir de cuatro destrezas: Destrezas motoras
(ICAP_DM), Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC), Destrezas de la vida personal
(ICAP_DVP), Destrezas de la vida en comunidad (ICAP_DVC). Está destinado a niños a
partir de los 3 meses de vida y sin límite de edad. La primera destreza consta de
18 ítems y ofrece información acerca de las habilidades motoras del sujeto. La segunda
consta de 19 ítems y aportan información sobre las habilidades sociales. La tercera
destreza tiene 21 ítems y sirve para aportar información sobre la vida personal del
sujeto; y la cuarta, es la de la vida en la comunidad, y tiene 19 ítems. Las respuestas
a los ítems se expresan en una escala tipo Likert donde: 0 = nunca o rara vez; 1 =
la realiza, aunque no bien; 2 = la realiza bien; 3 = la realiza muy bien.
La duración se estima en unos 20-25 minutos en completarse. El ICAP fue tipificado
en la Comunidad Autónoma del País Vasco (). En cuanto a su fiabilidad, las estimaciones realizadas por evaluadores independientes
son consistentes entre sí; en concreto presentaron índices de fiabilidad que oscilan
entre el .86 y el .96 en personas normotípica y entre el .88 y el .98 en el caso de
personas con discapacidad ().
Escala de Evaluación de Autismo (GARS-2)
Se empleó la traducción al español de la prueba Gilliam Autism Rating Scale–Second Edition (GARS-2) (). Esta escala se utiliza para evaluar si existen características diferenciales del
desarrollo en los niños entre los 3 y los 22 años. Consta de 3 dimensiones. La primera
es la dimensión de las Conductas Estereotipadas, y consta de 14 ítems. La segunda,
es la de la Comunicación, y consta de 13 ítems; y la tercera es la de la Interacción
social, que presenta 11 ítems. Es también una escala tipo Likert, donde: 0 = no se
ha observado nunca; 1 = se ha observado rara vez; 2 = se ha observado algunas veces;
3 = se ha observado frecuentemente.
Con el resultado total de esta prueba, se estima una probabilidad de presentar autismo
o no. La puntuación total que se obtiene es un índice que sitúa al sujeto en TEA de
manera improbable, posible o muy probable. Su duración es de unos 10 minutos aproximadamente.
En cuanto a la fiabilidad calculada a través del alfa de Cronbach, los estudios mostraron
coeficientes de .84 para Conductas Estereotipadas, .86 para Comunicación, .88 para
Interacción Social y .94 para Índice de Autismo.
Procedimiento
Los padres derivados del Sergas a UCATEA (Unidad Clínico Asistencial de Autismo de
la Universidade da Coruña) proporcionaron todos información confidencial sobre sus
hijos, firmando en todo caso el acuerdo de confidencialidad de datos. Para poder completar
la información necesaria sobre sus hijos, completaban el ICAP (Inventario para la
planificación de servicios y programación individual) y el GARS-2 (Escala de evaluación
del autismo de Gilliam). Cada evaluación duró en torno a 40 minutos con cada familia.
Las familias de niños neurotípicos fueron contactadas en centros escolares de todos
los niveles educativos. Su participación era voluntaria y previo consentimiento informado.
Análisis de datos
Con la finalidad de comprobar si los datos de las dos muestras (con y sin TEA) reúnen
los criterios de normalidad univariada para la aplicación de pruebas paramétricas,
se utilizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov con los datos del GARS e ICAP (Tabla 2).
Tabla 2Resultados de la prueba de Kolmogorov-Smirnov con las dimensiones y destrezas de GARS-2
e ICAP
ICAP_DM
ICAP_DSC
ICAP_DVP
ICAP_DVC
GARS_CE
GARS_C
GARS_IS
N
208
209
209
208
209
209
209
M
57.20
55.67
59.91
44.19
26.60
25.94
28.38
DT
8.98
13.61
13.66
15.82
8.48
9.20
9.79
Estadístico K-S
.115**
.094**
.060
.171**
.109**
.097**
.085**
Nota Destrezas motoras (ICAP_DM); Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC); Destrezas
de la vida personal (ICAP_DVP); Destrezas de la vida en comunidad (ICAP_DVC); Dimensión
de comportamiento Estereotipado (GARS_CE); Dimensión de la comunicación (GARS_C);
Dimensión de la interacción social (GARS_IS)
*p < .05 ; **p < .01
Los resultados fueron significativos (salvo en ICAP_DVC), por lo que se descarta una
distribución normal de la muestra y se recurrió a pruebas correlacionales y contrastes
no paramétricos. Con la finalidad de comprobar el tercer objetivo de este estudio
se realizó un análisis de clasificación mediante el procedimiento de Árbol de Decisión,
luego de comprobar que tampoco se cumple el supuesto de normalidad multivariada. Para
ello se utilizó la prueba de Mardia (asimetría multivariada= 10.10, C2 = 352.05, p < .001; curtosis multivariada = 75.74, z = 8.20, p < .001). Dado que el valor de probabilidad es significativo, se puede concluir que
los datos no siguen una distribución multivariada normal.
Resultados
Con la finalidad de analizar si existen diferencias entre las personas con y sin TEA
en los resultados del ICAP y el GARS-2, y comprobar el papel que en ellas puede desempeñar
la edad, se utilizó la U de Mann-Whitney.
Este análisis se realizó en primer lugar con los dos grupos sin consideración de sexo
y edad. Los resultados pueden verse en la Tabla 3.
Tabla 3Resultados de la U de Mann-Whitney entre los grupos con TEA y sin TEA sin, y con,
diferenciación por sexo en GARS e ICAP
ICAP DM
d
ICAP DSC
d
ICAP DVP
d
ICAP DVC
D
GARS CE
d
GARS C
d
GARS IS
d
C1
4351*
0.25
2862**
0.83
3708**
0.60
2868**
0.91
2868**
0.69
2429**
-0.99
2515**
-0.98
C2
1405
-0.03
936**
0.68
1110**
0.51
951**
0.82
1087**
-0.52
799**
-0.82
981**
-0.65
C3
767*
0.48
520**
0.92
723*
0.58
524**
0.88
545**
-0.86
430**
-1.08
322**
-1.35
Nota C1: Contraste entre grupos con y sin TEA (muestra total); C2: Contraste entre varones
con y sin TEA; C3: Contraste entre mujeres con y sin TEA. ; Destrezas motoras (ICAP_DM);
Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC); Destrezas de la vida personal (ICAP_DVP);
Destrezas de la vida en comunidad (ICAP_DVC); Dimensión de comportamiento Estereotipado
(GARS_CE); Dimensión de la comunicación (GARS_C); Dimensión de la interacción social
(GARS_IS)
*p < .05 ; **p < .01
La comparación Con TEA-Sin TEA muestra mayores destrezas en el ICAP en la muestra normotípica a la vez que menos
necesidades de apoyo, y viceversa en el grupo con TEA. El tamaño del efecto para los
contrastes Con TEA-Sin TEA para la muestra total muestra que, a excepción de las destrezas motoras en las que
el efecto se puede considerar bajo, en el resto de los casos el tamaño del efecto
oscila entre medio y alto.
Cuando el análisis se realiza sólo con los varones con y sin TEA se mantiene el mismo
patrón de resultados, salvo en el caso de las Destrezas Motoras del ICAP donde no
aparecen diferencias entre ambos grupos. El análisis realizado sólo con las mujeres
muestra el patrón general: mayores destrezas en la muestra sin TEA y mayores necesidades
de apoyo en el grupo con TEA.
Como se puede observar, los tamaños del efecto por sexos son entre mediano y grandes
en todos los casos, excepto en ICAP_DM del grupo de varones.
Para comprobar el efecto de la edad en los resultados de ambos instrumentos, se dividió
la muestra agrupando infancia y niñez (menores de 11 años) y manteniendo por separado
a los adolescentes (mayores de 11 años). Los resultados pueden verse en las Figuras
1 y 2 y en la Tabla 4.
Figura 1Diferencias entre los grupos de edad en ICAP y GARS-2 en función del diagnóstico en
el grupo de edad menor/igual de 11 años
Nota: Destrezas motoras (ICAP_DM); Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC); Destrezas
de la vida personal (ICAP_DVP); Destrezas de la vida en comunidad (ICAP_DVC); Dimensión
de comportamiento Estereotipado (GARS_CE); Dimensión de la comunicación (GARS_C);
Dimensión de la interacción social (GARS_IS)
Figura 2Diferencias entre los grupos de edad en ICAP y GARS-2 en función del diagnóstico en
el grupo de edad mayor/igual de 12 años
Tabla 4Resultados de la U de Mann-Whitney entre los dos grupos de edad (≤ 11 años - ≥ 12
años) con y sin TEA
ICAP DM
d
ICAP DSC
d
ICAP DVP
d
ICAP DVC
d
GARS CE
d
GARS C
d
GARS IS
d
Sin TEA
714**
-0.481
619.5**
-0.738
489**
-1.13
496**
-1.13
1089
0.063
1117
0.135
1136
0.106
Con TEA
959
-0.002
749**
-0.005
691**
-0.006
498.5**
-0.008
819**
-0.003
765**
0.004
1073.5
-0.001
Nota Destrezas motoras (ICAP_DM); Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC); Destrezas
de la vida personal (ICAP_DVP); Destrezas de la vida en comunidad (ICAP_DVC); Dimensión
de comportamiento Estereotipado (GARS_CE); Dimensión de la comunicación (GARS_C);
Dimensión de la interacción social (GARS_IS)
*p < .05 ; **p < .01
En el grupo normotípico se observan valores de significación estadística en todas
las destrezas del ICAP, sin embargo, en ninguna destreza del GARS. En el caso del
ICAP es el grupo menor de 11 años el que obtiene las puntuaciones más altas, mientras
que, en el GARS, es el grupo de los adolescentes quienes obtiene las mayores puntuaciones.
Se calculó el tamaño del efecto para cada una de las destrezas y dimensiones. Como
se puede observar, los tamaños del efecto en el ICAP se encuentran entre medianos
y grandes, pero en el GARS, los tamaños del efecto son bajos en las tres destrezas
evaluadas.
En el caso del grupo con diagnóstico de TEA se observan resultados estadísticamente
significativos en el ICAP_DSC, DVP y DVC, no así en el DM. En el caso del GARS son
significativos en CE y C, pero no en IS. Sin embargo, los tamaños del efecto tanto
en el ICAP como en el GARS son muy bajos.
Con el objetivo de determinar si existe relación entre las dimensiones y destrezas
que evalúan el GASR-2 y el ICAP, se utilizó la correlación de Spearman. Como se puede
observar en la Tabla 5, en términos generales, ambas pruebas correlacionan de forma negativa y estadísticamente
significativa. Hay que exceptuar la relación entre Destrezas de la Vida Cotidiana
(DVC) del ICAP y Comportamiento Estereotipado (CE) e Interacción Social (IS) del GARS-2,
que no alcanzan la significación estadística.
Tabla 5Correlación de Spearman entre ICAP y GARS-2
Nota Destrezas motoras (ICAP_DM); Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC); Destrezas
de la vida personal (ICAP_DVP); Destrezas de la vida en comunidad (ICAP_DVC); Dimensión
de comportamiento Estereotipado (GARS_CE); Dimensión de la comunicación (GARS_C);
Dimensión de la interacción social (GARS_IS)
*p < 05 ; **p < .01
Para poder verificar si el GARS-2 y el ICAP permiten identificar a las personas diagnosticadas
con TEA y a las normotípicas a partir de sus dimensiones y destrezas, se realizó un
“árbol de decisión” utilizando el SPSS v.29. Éste, es un modelo predictivo que divide
el conjunto de datos en grupos basados en las características de las variables predictoras.
Cada división en el árbol es un “nodo” (una región de características donde se agrupan
los datos), y los “nodos” terminales son las “hojas”.
Las variables introducidas en el análisis fueron el “Diagnóstico” (Con TEA y Sin TEA) y las diferentes dimensiones y destrezas del GARS e ICAP. Se trataba de comprobar
si a través de la información proporcionada por los dos cuestionarios es posible clasificar
correctamente a los participantes en el estudio según el diagnóstico existente.
El análisis se configuró con el método de crecimiento CHAID (Chi-squared Automatic Interaction Detection), introduciendo como variable dependiente el diagnóstico primario (Con TEA- Sin TEA), como variables independientes: ICAP_DM, ICAP_DSC, ICAP_DVP, ICAP_DVC, GARS_CE,
GARS_C, GARS_IS, con una profundidad máxima del árbol de 3, y 100 casos mínimos en
el nodo padre y 50 en el nodo hijo. El resultado del análisis puede verse en la Figura 3 y en la Tabla 6.
Figura 3Representación gráfica del árbol de decisión
Tabla 6Resultados del árbol de decisión
Nodo
Ninguno
TEA
Total
Categoría pronosticada
Nodo padre
Variable independiente primaria
n
%
n
%
n
%
Variable
C2 (gl = 1)
Valores de división
0
98
46.9
111
53.1
209
100.0
TEA
1
74
72.5
28
27.5
102
48.8
Ninguno
0
GARS_C
52.6**
<= 24.0
2
24
22.4
83
77.6
107
51.2
TEA
0
GARS_C
52.6**
> 24.0
3
31
59.6
21
40.4
52
24.9
Ninguno
1
ICAP_DSC
8.9*
<= 63.0
4
43
86.0
7
14.0
50
23.9
Ninguno
1
ICAP_DSC
8.9*
> 63.0
Nota Variable dependiente: Diagnóstico primario ; Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC);
Dimensión de la comunicación (GARS_C)
*p < .05 ; **p < .01
El análisis permite clasificar correctamente un 75.1% de los casos agrupados. En particular,
un 74.8% de las personas con TEA fueron identificados correctamente y un 75.5% de
la muestra normotípica también fue correctamente identificada. Como se puede comprobar
el análisis sólo ha seleccionado las variables Destrezas sociales y comunicativas
(ICAP_DSC) y Dimensión de la comunicación (GARS_C) como predictoras del diagnóstico
de TEA.
Discusión y conclusiones
El objetivo del estudio era analizar las características diferenciales en conducta
adaptativa que se pueden identificar mediante dos instrumentos: ICAP y GARS-2. Los
resultados han permitido constatar que la conducta adaptativa se configura como una
de las variables distintivas al proceder a un diagnóstico temprano del TEA.
La comparación entre la muestra normotípica y la diagnosticada como TEA revela mayores
destrezas en la primera (a excepción de las destrezas motoras en varones) y mayores
necesidades de apoyo en la segunda.
También la edad parece influir de modo diferente en ambos grupos. Mientras que en
el grupo normotípico la edad sólo desempeña un papel en el grado de dominio de las
destrezas evaluadas por el ICAP (incluidas las motoras), sin que haya diferencias
debidas a la edad en las necesidades de apoyo. Sin embargo, en el grupo con TEA la
edad parece ser responsable de diferencias tanto en destrezas como en necesidades
de apoyo. En particular, a mayor edad las destrezas sociales y comunicativas, de la
vida personal y de la vida en comunidad son significativamente superiores, también
lo son en destrezas motoras, si bien no alcanzan la significación estadística. Al
revés, el grupo de mayor edad necesita más apoyos que el de menor, pero un nivel similar
en Interacción Social.
Los resultados, también derivados del análisis correlacional entre ambos instrumentos,
muestra el mismo patrón de relación inversa entre destrezas y necesidades de apoyo.
Las correlaciones entre las dimensiones de ambos cuestionarios son negativas y significativas
en todos los casos, salvo entre conducta estereotipada e Interacción Social (GARS-2)
y Destrezas de la vida en comunidad (ICAP).
Los resultados permiten confirmar la importancia de la conducta adaptativa en la identificación
de las características propias del Trastorno del Espectro Autista. La evaluación de
las dimensiones y destrezas implicadas en ella parece, por lo tanto, relevante, coincidiendo
con los resultados de otros autores. Por ejemplo, en un estudio con adolescentes con TEA relaciona la conducta adaptativa con el propio
trastorno, utilizando estos instrumentos, al igual que al relacionar el TEA con el estrés de los familiares. Por su parte, Martínez y Piqueras
(2019), analizaban las posibles diferencias en la incidencia de los síntomas del TEA
en el contexto educativo y utilizan estos instrumentos como una prueba aplicable a
todas las edades, adaptados a personas con discapacidad intelectual y combinando las
puntuaciones de conducta adaptativa en un 70% y de problemas de conducta en un 30%
para ofrecer una estimación de la intensidad de atención y ayudas que necesitan las
personas. Finalmente, realizó un estudio psicométrico de la conducta repetitiva y adaptativa en sujetos
con TEA y alude a que en la Comunidad de Murcia estos instrumentos forman parte del
protocolo para la evaluación del alumnado con TEA y otros Trastornos desde hace unos
años hasta la actualidad y contemporáneos.
También este estudio pretendía analizar si existe una relación causal, y es posible
establecer una relación predictiva, entre las variables del GARS e ICAP y las características
que definen el riesgo de presentar TEA. Se ha podido comprobar que un 75.1% de los
casos agrupados estaban clasificados correctamente. En particular, un 74.8% de las
personas con TEA fueron identificados correctamente y un 75.5% de la muestra normotípica
también fue correctamente identificada. Si bien todas las destrezas y dimensiones
evaluadas son relevantes desde el punto de vista tanto de la evaluación y diagnóstico
como de la intervención, las que parecen ser significativamente más predictivas según
el análisis realizado son las Destrezas sociales y comunicativas (ICAP_DSC) y la Dimensión
de la comunicación (GARS_C).
Las destrezas sociales y comunicativas del ICAP) evalúan tanto el lenguaje expresivo
como el receptivo. Por ejemplo, “Emite sonidos o gesticula para llamar la atención”,
“Tiende los brazos buscando la persona con la que desea contactar”, “Cuando se le
llama por su nombre, gira la cabeza hacia quien le llama”,” Cuando se le pide, imita
acciones, tales como despedirse o aplaudir”, entre otros. La dimensión de comunicación
del GARS-2, describe comportamientos verbales y no verbales característicos del trastorno
espectro autista. Por ejemplo, “Repite palabras (como un eco) verbalmente o con signos”,
“Repite palabras fuera de contexto (palabras que ha escuchado)”, “Repite palabras
o frases una y otra vez”, “Habla o señala con tono apagado, afectado, o con modelos
arrítmicos”, entre otros.
Obviamente, todas las destrezas y dimensiones evaluadas son características del TEA,
pero las mencionadas parecen recoger lo esencial de la sintomatología en el amplio
margen de edad analizado.
El porcentaje de casos mal clasificado (globalmente un 24.9%) podría reducirse muy
probablemente incluyendo algunos indicadores adicionales (sean las funciones ejecutivas,
empatía, u otra sintomatología asociada). De hecho, en su investigación muestran la presencia de déficits en las funciones ejecutivas
de las personas que presentan conductas agresivas. Igualmente, en un estudio sobre la empatía en las personas con TEA refiere al déficit de empatía
en el funcionamiento cognitivo en estos sujetos, como ya avanzaran , y .
En definitiva, es posible diferenciar claramente a la población normotípica de la
población con TEA a través de dos instrumentos que evalúan conducta adaptativa como
son el GARS y el ICAP.
El presente trabajo presenta, no obstante, algunas limitaciones. Entre ellas, la heterogeneidad
de la muestra, no sólo por la diversidad propia del TEA, sino también por la variabilidad
de edades incluidas en la muestra. Comprobar estos resultados con una muestra más
homogénea constituye una de las mejoras a realizar como continuación de este estudio.
Aumentar el tamaño de la muestra con TEA será también uno de los objetivos a conseguir
en este sentido.
Los resultados se traducirán en la mejora de los procesos de intervención, teniendo
en cuenta que no todas las dimensiones y destrezas evaluadas por GARS e ICAP diferencien
a la población con y sin TEA. Centrarse en los aspectos que se han identificado en
el análisis de clasificación realizado puede ser útil para obtener resultados positivos.
Por este motivo, un diagnóstico temprano es fundamental ya que permite que las y los
menores con un trastorno del espectro del autismo puedan recibir cuanto antes la estimulación
y atención en forma de apoyos y ayudas y, de esta forma, aspirar a una mejor calidad
de vida en contextos sociales y escolares (; ).
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