Edificio eclesial y ciudad termal
DOI:
https://doi.org/10.17979/aarc.2011.2.2.5068Palabras clave:
Iglesia, ciudad termal, Italia, siglo XX, concursos de arquitecturaResumen
Esta intervención se propone investigar, a través del análisis de un caso concreto, la relación entre la ciudad termal y el edificio eclesial durante el siglo pasado. Describe, pues, una visión de la arquitectura italiana en un contexto histórico y cultural particular, posicionándose dentro de temáticas más amplias: la arquitectura sacra del siglo XX y la arquitectura de las ciudades termales. Ciudades termales que, con toda seguridad, son siempre distintas, al captar y transmitir nuevas y refinadas expresiones arquitectónicas; en este sentido, resulta paradigmática la difusión del estilo Liberty en estos contextos.
Desde los inicios del siglo XX se asiste a un particular impulso del desarrollo turístico de las ciudades-balneario. La profunda transformación de la sociedad del siglo XIX, junto con el paso de una clientela aristocrática a una burguesa, caracterizan la transformación de los modelos funcionales y de la representatividad en las termas. En concreto, desde la segunda década del siglo, se intenta responder a la doble vocación elitista y comunitaria: esto influirá inevitablemente en el desarrollo urbanístico de la ciudad ya caracterizada por una peculiar fisonomía. En Italia, en los casos que vamos a examinar, el reajuste urbanístico derivado del desarrollo del turismo termal, comportó ingentes obras de demolición de edificios valiosos, entre los cuales figuraban también las iglesias preexistentes; demoliciones que se hicieron necesarias para dejar lugar a la nueva arquitectura, también cultual, más adecuada a las exigencias de la época y representativa de la peculiaridad de estos lugares.
En tal contexto, la identidad del nuevo edificio eclesiástico asumía valores, ya fuera desde el punto de vista religioso o ya fuera como signo de la sociedad civil que se hacía también, por otra parte, partícipe económicamente de la construcción. La importancia y la complejidad del tema indujeron a la comunidad, en algunos casos a convocar concursos específicos en los que se vieron involucrados numerosos arquitectos e ingenieros, ofreciendo, precisamente, una valiosa perspectiva de la cultura arquitectónica de la época sobre el tema del edificio sacro.