El fitónimo andalusí trāšnah, que Ibn al-Bayṭār citaba tomándolo de al-Ġāfiqī, no había sido aún identificado desde que Lucien Leclerc (1877, 1881, 1883) lo tradujera al francés. Su presencia en la ˁUmdat aṭ-ṭabīb de Abū l-Ḫayr al-ˀIšbīlī, probable fuente de al-Ġāfiqī, con descripciones y sinonimia más extensas, no sólo ha facilitado su identificación como Jacobaea vulgaris Gaertn. [= Senecio jacobaea L.], sino que, además, los datos léxicos nuevos aclaran otras conexiones etimológicas.
Desde su aparición en el segundo tomo del Diccionario de autoridades (1729), ningún investigador se ha preguntado por el origen del doblete catán-catana en lengua española, que se ha conservado durante casi cuatro siglos hasta la vigésimo tercera edición del Diccionario de la Real Academia Española (2014). En este artículo, pues, se intentará solucionar, o al menos aclarar, algunos aspectos relacionados con el estudio histórico de este doblete.
El objetivo del presente artículo es ampliar la presencia de los contenidos francmasónicos en este Diccionario, elaborado en un periodo de la historia de España especialmente convulso, puesto que en la actualidad está fuera de toda duda que Bárcia fue un conocido francmasón. Para analizar estos contenidos, se toman en consideración las implicaciones del «yo», en los apartados de los artículos destinados a explicar el valor simbólico de las unidades léxicas a partir de determinados trinomios (libertad, igualdad, fraternidad; ignorancia, fanatismo, ambición...) y binomios o dualismos conceptuales (vicio, virtud; verdad, error...). Entre las conclusiones procede destacar que Bárcia informa sobre el significado de las palabras, con el objetivo de transmitir unos valores morales e ilustrar a los individuos, para sacarlos de la ignorancia hasta conseguir una formación integral.
Este trabajo analiza un pasaje de la traducción gallega del tratado de veterinaria de Giordano Ruffo, reproducida en el ms. 23076 de la Biblioteca Nacional de España, de principios del siglo XV, con el objeto de ofrecer las claves para su establecimiento filológico. Por un lado, a partir de otras versiones se propone [e]scrofulas como lectura correcta para la lección erróneamente presentada por los primeros editores como serosullas (término que llegó a hacerse un hueco en la lexicografía gallega). Por otro lado, a partir del corpus lexicográfico (gallego, portugués y castellano) y de algunos textos médicos medievales, se estudian los orígenes y las motivaciones semánticas del término porcas que también se utiliza para nombrar esa misma realidad en el pasaje de la traducción gallega del De medicina equorum.
En el presente artículo se aborda el estudio de la definición de los sustantivos deverbales expresada mediante la típica fórmula acción y efecto de + verbo en infinitivo. La definición plantea problemas tanto de orden teórico como práctico: teóricamente, porque, pese a las apariencias, dicha fórmula no constituye una verdadera definición, dada la imposibilidad de intercambiar definiendum por definiens, y en la práctica, porque, en los artículos correspondientes, se pone a la par esta definición —que con frecuencia incluye más de una acepción del verbo— con otras que, con carácter específico, son a veces también atribuibles a ese tipo de sustantivos deverbales. Para solucionar toda esta problemática, se hacen una serie de propuestas que, a nuestro juicio, podrían conducir a un más adecuado tratamiento de ese tipo de unidades léxicas en los diccionarios.
El conocimiento de cualquier disciplina científica es inconcebible sin la tarea de la recopilación de los materiales lexicográficos, dada su utilidad para el estudio histórico de las diversas terminologías. En el caso del sistema metrológico de comienzos del siglo XIX resulta de importancia el Diccionario militar español-francés (1828). El propósito de este trabajo es realizar un examen lexicográfico de este repertorio, así como una descripción del Apéndice anexo, que contiene el Manual alfabético razonado de las monedas, pesos y medidas de todos los tiempos y países, con sus reducciones a las equivalencias españolas y francesas, elaborado por Moretti. Este apéndice lexicográfico constituye uno de los primeros testimonios en español de la nomenclatura relativa al sistema métrico decimal.
Tras la publicación en 1749 del primer diccionario militar del castellano, obra de Raimundo Sanz, el panorama lexicográfico de nuestra lengua experimenta una auténtica eclosión por lo que respecta a la elaboración de repertorios especializados en la temática bélica. Ahora bien, el momento de máximo apogeo para la lexicografía militar lo constituye, sobre todo, el siglo XIX. Dada la relevancia de esta modalidad lexicográfica, apenas explorada, nos proponemos en el presente trabajo señalar las principales características de cada uno de los diccionarios militares del español publicados a lo largo de esos siglos XVIII y XIX.
Esta contribución discute la selección de base empírica para la selección y definición de términos especializados tanto en los diccionarios especializados como los generales. Sin negar el valor de los corpus para fines lexicográficos, critica con varios ejemplos sacados de la práctica lexicográfica el uso excesivo de los corpus para las dos tareas mencionadas por ser un método innecesariamente lento y complicado, especialmente si se realiza por lingüistas, lexicógrafos y terminólogos que no tengan conocimiento especializado dentro de las disciplinas en cuestión. El artículo recomienda que, de una u otra manera, se integre a expertos de las diversas disciplinas en el trabajo lexicográfico.
Reseña de: PENADÉS MARTÍNEZ, Inmaculada (2015): Para un diccionario de locuciones. De la lingüística teórica a la fraseología práctica, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, 360 páginas.
Reseña de: SANTAMARÍA PÉREZ, ISABEL, coord., Carmen MARIMÓN LLORCA y José Joaquín MARTÍNEZ EGIDO (2015): Diccionario LID del Turrón, Madrid, LID Empresarial, 272 páginas.