Desde los inicios de su deambular terrestre, los seres humanos conformaron grupos jerarquizados que les permitían realizar con eficacia aquellas tareas que eran imprescindibles para su supervivencia, como la caza, la guerra y, posteriormente, las labores agrícolas y otras muchas.
Las estructuras jerárquicas fueron haciéndose cada vez más complejas, a medida que la sociedad humana se desarrollaba, y, en la misma medida, lo hizo el lenguaje, incorporando palabras y expresiones que facilitaban la comunicación y servían mejor al ejercicio de cada una de estas tareas. Y, de todas ellas, la guerra, por su transcendencia e importancia, es la que ha requerido constituir, para su eficaz desempeño, una organización compleja, fuertemente jerarquizada y dotada permanentemente de recursos e individuos, a la que denominamos ejército.
El lenguaje militar, o lenguaje que se utiliza en el ejército tiene características propias que contribuyen a la eficacia, siendo una de las más importantes la precisión lingüística. Para lograrlo, los militares disponen de un léxico que es específico, abundante y preciso y, en la comunicación, procuran utilizar un estilo claro, conciso y concreto.
El propósito de este trabajo es mostrar el léxico español relacionado con la jerarquía militar, explicando el significado de cada palabra y subrayando, cuando procede, las diferencias entre algunas de ellas que pertenecen a un mismo campo semántico, con objeto de que se pueda apreciar la complejidad y la diversidad de conceptos que utiliza el lenguaje militar en este ámbito.
El análisis de las ediciones del DRAE permite una aproximación a la historia del léxico desde la perspectiva académica y ofrece información relevante para las disciplinas de la lexicología y la lexicografía españolas. En este artículo se examinan las voces que son incorporadas por primera vez en la séptima edición del diccionario académico (DRAE- 1832). Además, se establece una clasificación de la nueva nomenclatura asentada en la edición. Con este análisis, se propone realizar un examen ceñido exclusivamente a la parte del aumento de voces y observar la repercusión de esta edición en la historia de la lexico- grafía española. Asimismo, el artículo ofrece un análisis que atiende al ámbito de la micro- estructura. En él, se examina, por un lado, la parte de la definición dentro del aumento y, por otro, los cambios que se han producido respecto a la anterior edición (DRAE-1822) a partir de una muestra cotejada.
El objetivo al que aspiran todos los diccionarios no es otro que ofrecer una visión objetiva de la realidad. El lexicógrafo ha de enfrentarse a la difícil tarea de dejar a un lado sus creencias y opiniones y centrarse en el aspecto puramente lingüístico.
Tras 21 ediciones, la Academia decidió iniciar un proceso de «depuración ideológica» en la edición de 2001 con el propósito de reducir el sesgo ideológico que destilaban ciertas definiciones. Sin embargo, el proceso de revisión parece no haberse llevado a cabo de una manera sistemática, pues aún persisten algunas definiciones en las que la presencia del autor se deja ver claramente.
El propósito del presente estudio se centra en la comparación entre algunas de las definiciones presentes en las ediciones de 2001 y 2014 del diccionario académico para constatar si las labores de corrección han dado su fruto y, por tanto, si el autor del diccionario ha decidido enfundarse al fin el guante de la objetividad o, por el contrario, continúa dejando su huella entre las páginas del diccionario académico.
El objetivo de esta investigación consiste en determinar las vías de incorporación de los préstamos de origen ruso al español y en definir la necesidad de incorporar un número más elevado de dichos elementos en las fuentes lexicográficas del español. Se pretende señalar la vía —directa o indirecta— de la entrada de los términos del ruso en español mediante la comparación de los datos etimológicos en una selección de fuentes lexicográficas del idioma. De la misma manera, mediante el análisis de uso de una serie de elementos rusos que presentan un registro esporádico en los diccionarios y bases de datos de neologismos utilizados, se pretende destacar los que reúnan características necesarias para que pudiera ser considerada su incorporación en el DLE.
En el presente trabajo se expone el estudio traductológico preliminar llevado a cabo sobre dos diccionarios médicos alemanes del siglo XIX y traducidos al español al final de la centuria, en un momento en que la traducción científica al castellano se ejercía sobre textos procedentes casi siempre de Francia, lo que los convierte en una fuente de singular valía para el estudio de la recepción de la ciencia en la España decimonónica. Se trata de la obra de Albert Eulenburg Real-Encyclopädie der gesamten Heilkunde: Medizinisch-chirurgisches Handwörterbuch für praktische Ärzte (1880-1883), editado en español bajo el título Diccionario enciclopédico de medicina y cirugía prácticas, «traducido directamente y arreglado para uso de los médicos españoles» por Isidoro de Miguel y Viguri (1885-1891) y del Handbuch der speciellen Pathologie und Therapie de Hugo von Ziemssen (1874-1885), traducido al castellano por Francisco Vallina entre 1887 y 1901 bajo el título Tratado enciclopédico de patología médica y terapéutica. A lo largo del estudio se ha podido comprobar que en la traslación de estos textos al castellano se observan importantes síntesis de contenido, modificaciones para actualizar los conocimientos médicos en el momento inicial de su formulación, ampliación y sustitución del contenido original para adaptarlo al público destinatario e incluso corrección de la información original por errónea o incluso antiespañola. Todo ello se presenta aquí con ejemplos extraídos de las obras analizadas.