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  • Andrea Longhi
Andrea Longhi
Vol. 4 (2014), Crítica , Páginas 91-102
DOI: https://doi.org/10.17979/bac.2014.4.0.1013
Recibido: jul. 8, 2015 Aceptado: jul. 8, 2015
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Resumen

Las superficies sinuosas de la iglesia de San Paolo ofrecen una doble cara. Hacia el interior, responden a la articulación de la acción litúrgica; hacia el exterior, se insertan en la trama verde del paisaje periurbano, en el límite entre la ciudad y el contexto rural. Espacio litúrgico y ambiente externo establecen, por tanto, una fuerte relación dinámica: una correspondencia física (de reciprocidad volumétrica entre las paredes cóncavas y convexas), pero sobre todo, una correspondencia visual y lumínica, gracias a las vidrieras polícromas que permiten una dialéctica siempre diversa entre los volúmenes marmóreos de los polos litúrgicos, las superficies blancas que los acogen y la luz coloreada que los ilumina.

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